En Arsénico Caviar estamos constantemente al límite de nuestra propia contradicción por culpa del neoliberalismo y el patriarcado, pero una cosa sí que la tenemos clara: odiamos a los buenos. No odiamos la bondad, ojo, sino a ese tipo de persona que siempre se posiciona en un plano moral superior, que dicta y decide cómo debe comportarse (e incluso sentir) el resto de la gente y que te recuerda constantemente lo mal que lo estás haciendo. Porque los buenos, amigos, no son tan buenos y la búsqueda de LA BONDAD pasa, irremediablemente, por asumir que podemos errar, equivocarnos y, en definitiva, ser un poco malos de tanto en tanto. ¿De qué otra manera vamos a aprender?
Sentirse culpable es una cosa que roza el absurdo. Según nuestra vieja amiga la RAE, la culpa es la “acción u omisión que provoca un sentimiento de responsabilidad por un daño causado”, ¡pero qué tontería! ¿Cuántas veces nos sentimos culpables sin hacer absolutamente nada, sin causar ningún daño, sin realizar ninguna acción? ¿Y cuantisima gente que debería sentirse realmente culpable por sus malos actos duerme cada noche a pierna suelta? Pues eso, la culpa, como el dinero, está mal repartida en este mundo injusto y cruel. Ya no nos sorprende. Por eso reivindicamos librarnos de ese sentimiento tan amargo. Hoy y siempre.
¡El talento! Ese concepto huidizo, misterioso, origen de todo el placer y todo el sufrimiento del mundo. En este episodio nos ponemos las gafas de la presbicia para inventar averiguar por qué unos lo tienen (nosotros, por ejemplo) y otros no y, sobre todo, si sirve de algo por sí mismo si no estás dispuesto a convertirte en un ser humano repugnante y autocomplaciente para demostrarlo al mundo entero. Talentosos sí, pero nunca g*lip*llas.
Sí, desde nuestra pose de amargados y listillos revenidos nos hemos atrevido a hacer un episodio contra la pose. La pose de los que dicen que no usan WhatsApp, los que no tienen tele en casa, los que no hacen caso de las redes sociales, los que pasan de tener un smartphone. La pose de los que posan para simular otra pose que no es la suya. Y al final, de regalo, diez minutos seguidos de sonido del olas porque nos queríamos ir pronto al bar.
¿Qué es un cuerpo? Es nuestra carcasa, nuestro disfraz, nuestra armadura o, en realidad, nuestro propio campo de batalla, porque sobre él se libran casi todas nuestras luchas. En este episodio nos ponemos el chándal para hablar de los complejos, la edad, los músculos, los espejos, las barrigas, los selfis y, sobre todo, intentamos dibujar esa frontera en la que nuestra cabeza y nuestro cuerpo se unen para conformar uno de los elementos más inciertos y complejos que hemos conocido: ese al que llamamos "yo".
Hemos hecho algo que da verdadero miedo: rendirnos a la actualidad y el tardocapitalismo y hablar del miedo justo a tiempo para Halloween. Pero ni truco, ni trato. A la luz de una hoguera, rodeados de frondosos y oscuros bosques y atemorizados ante la posible presencia de jabalís, debatimos sobre el miedo, sus utilidades, sus dobleces y sobre lo que más miedo nos ha dado en nuestro terreno favorito: el de la ficción, que siempre es una forma elegante de decir "mentira".
Este es el primer (y esperamos último) episodio sin guion en la historia de Arsénico Caviar. Hemos tenido que afrontar la actualidad y la noticia de última hora, rompiendo con la esencia de este podcast, puesto que la noche del martes 15 de octubre de 2024... a Beatriz Serrano se le ocurrió hacer una cosa.
Sabemos que es octubre, pero es que septiembre no es un mes, sino un estado mental. Septiembre significa volver y no parar. Significa tiempo de urgencias, de propósitos, de cambios y de responder a todos esos "a ver si nos vemos pronto". En Arsénico Caviar estamos profundamente en contra de llevar una vida acelerada llena de planes que no quieres hacer y de gente a la que no quieres ver y, pese a todo, esta temporada regresamos optimistas, tranquilos y más sobrios que nunca. Os prometemos que esto no será como nuestra infame temporada cinco.
Un podcast original de Podium, con Beatriz Serrano y Guillermo Alonso, que gira en torno a los sentimientos que mueven nuestras vidas: el odio, la antipatía y el resentimiento. O, más bien, sobre las cosas y las personas que despiertan estos oscuros sentimientos que nosotros intentamos que permanezcan dormidos pero la vida no lo permite. En Arsénico Caviar creemos que el odio une y define más que el amor, y si el amor puede mover montañas, nosotros queremos dinamitarlas.
'Arsénico Caviar' ha sido galardonado como Mejor Podcast conversacional (ex aequo) en los II Premios Ondas Globales del Podcast.