Dinah Washington, la Amy Winehouse de los 50

En 1959, Washington grabó 'What a Difference a Day Makes!', un trabajo que la convirtió en una gran estrella y cambió su carrera. Ya en la cima se comió Nueva York con fiestas legendarias antes de abrir su propio club en Chicago, local frecuentado por la mafia. Para entonces ya era una mujer dependiente de las pastillas y con problemas con el alcohol. Su muerte, tremendamente joven, bien pudo servir de anticipo de lo que le sucedería décadas después a Winehouse. Dinah al menos tuvo tiempo para dejarnos sobradas muestras de su talento.Otros programas relacionadosEl ocaso de Billy HollidayLa guerra de Nina Simone

Manic Street Preachers y la desaparición más misteriosa del rock

The Holy Bible, el tercer álbum de los galeses Manic Street Preachers es una llamada de auxilio de su compositor Richey Edwards, autor del 75% de las letras de este disco oscuro, claustrofóbico por momentos y tremendamente personal.Durante la extraña gira mundial del álbum -Tailandia, Portugal y Reino Unido- Edwards ingresó en una institución mental para estrellas, la misma por la que pasó Amy Winehouse y en la que coincidió con Eric Clapton. Tras salir de allí, Edwards desapareció en la víspera de un viaje promocional a Estados Unidos. Nunca se le volvió a ver hasta que en noviembre de 2008 fue oficialmente dado por muerto.Recorrer las canciones de The Holy Bible es una experiencia intensa, cruda y también vigorizante. Las canciones del álbum rompen con la temática dominante del britpop y aunque el tercer disco de los galeses coincidió con la publicación del debut de Oasis o el Parklife de Blur, sus canciones parecen sacadas de un mundo distinto. Los temas de Edwards hablan del consumismo, del auge del fascismo o de la anorexia. Todo un vuelvo al hedonismo inglés de los noventa.Esta semana queremos recordar esa historias y esas canciones, ver el peculiar contexto musical y personal en el que fueron creadas y recordar un disco demasiado olvidado de una banda que triunfó a lo grande años después de la desaparición de su letrista.

Beyoncé y la traición a la reina del pop

A veces, la génesis de una obra maestra se encuentra en pequeños detalles. Una tarde de abril de 2015 una anciana llamada Hattie White celebraba en familia su noventa cumpleaños, en un momento dado la abuela pronunció una frase sin apenas importancia, pero a la vez tremendamente reveladora. En la vida me dieron limones, así que hice limonada. Esa frase inspiró el título de la obra maestra de Beyoncé.Lemonade fue la respuesta de la cantante estadounidense al terremoto que vivió su vida personal después de la traición adultera de su marido. Beyoncé cogió esa rabia y la convirtió en su siguiente proyecto, un álbum que analiza las relaciones sentimentales de los afroamericanos en toda su complejidad. Un estudio sociológico abrumador y genial que responde a la idea de que a veces para entenderse a uno mismo hay que entender de dónde viene. Todo eso quiso Beyoncé plasmar en un disco que retrata a la mujer afroamericana y también su propia historia, raíces, incluso las dudas del presente. Lo que la cantante anhelaba era hacer un retrato de cómo la esclavitud había afectado a las relaciones sentimentales entre los afroamericanos.El resultado de ese viaje, acompañado de un espectacular álbum visual, fue uno de los discos más asombrosos de su carrera y también de este siglo. Un trabajo que recorremos de la mano de nuestro analista Mario Tornero y con los reportajes de Lucía Taboada.

Los inescrutables caminos de Ben Harper

Cuando te crías en una tienda de discos con toda la música del mundo a tu alcance no puede salir nada malo de ahí. A lo largo de su vida, Ben Harper ha hecho cosas de lo más diferentes, trabajos que han sorprendido al mundo y que han buscado nuevos y viejos sonidos que han mostrado las mil caras de este hombre. Desde que alcanzó el estrellato, Harper ha aprovechado su estatus para hacer todo tipo de discos y darse todo tipo de caprichos artísticos. Desde hacer un disco de góspel con los Blind Boys of Alabama a grabar un disco de folk con su madre.Cuando te crías en una tienda de discos con toda la música del mundo a tu alcance no puede salir nada malo de ahí. A lo largo de su vida, Ben Harper ha hecho cosas de lo más diferentes, trabajos que han sorprendido al mundo y que han buscado nuevos y viejos sonidos que han mostrado las mil caras de este hombre. Desde que alcanzó el estrellato, Harper ha aprovechado su estatus para hacer todo tipo de discos y darse todo tipo de caprichos artísticos. Desde hacer un disco de góspel con los Blind Boys of Alabama a grabar un disco de folk con su madre.En 2013, con 44 años, el californiano se desmarcó con un disco de blues junto al armonicista Charlie Musselwhite, trabajo que fue un regalo para los amantes del género. “Trabajar con Charlie es un sueño hecho realidad y nuestra relación tiene una parte paternal, una parte de hermanos, otra de amigos y también lo veo como a un héroe, así que es alguien que representa muchas cosas para mí tanto musical como personalmente”, explicaba Harper a David Moreu, nuestro invitado de esta semana en el Sofá Sonoro.Harper y Musselwhite se conocieron en un concierto de John Lee Hooker, y fue el propio Hooker el que les propuso trabajar juntos. El resultado de esa unión fue Get Up!, un trabajo fresco que muestra la armónica salvaje de Musselwhite y la capacidad de Harper de adaptarse a cualquier género. Aquel disco fue una tremenda sorpresa que se coronó con un Grammy y el disco que Charlie y Ben grabaron juntos, ocho años después repitieron la fórmula.Esta semana recordamos esta historia de amistad, de admiración y de blues y lo hacemos de la mano de David Moreu y Lucía Taboada.

Canciones para un verano feliz

Cuando era pequeño y llegaba el verano una profunda sensación de felicidad me despertaba cada mañana. Una sensación extraña en la que el tiempo me pertenecía hasta el punto de que dejaba de importarme si era viernes o lunes, si era tarde o temprano. El verano de la niñez era un mundo perfecto y eterno que duraba hasta el día en el que un un adulto desconsiderado me decía que la semana siguiente volvía al colegio. El verano eran gaviotas en la playa, cemento que echaba humo en la ciudad y un mundo sin prisas. Al ir creciendo algunas de esas sensaciones se fueron desvaneciendo y otras llegaron. Desde el verano en que cumplí 14 cada año hago una lista de canciones. Lo que comenzó en cintas de casette que grababa de las radios mutó a cedes que grababa con canciones pirata, luego a recopilatorios en mp3 y finalmente a Playlist en streaming. Pero esas canciones se convirtieron en una tradición, en un recuerdo de verano, en la banda sonora que marcaba el paso del tiempo. Muchas de esas canciones han seguido siendo parte de mi vida. Unas me llevan al verano de mi primer amor, otras a baños nocturnos en el Mediterráneo o la niebla mañanera de Galicia. En este episodio de Sofá Sonoro voy a compartir esas canciones con vosotros y vosotras, espero que os gusten.*Toda la información del programa, discos, recomendaciones y anécdotas de música en nuestro canal de WhatsApp, apúntate y no te pierdas nada*

Syd Barrett y las locuras del primer Pink Floyd

Cuando Pink Floyd comenzó su viaje a finales de los años 60, nadie hacía lo que hacían ellos. Nadie sonaba como ellos. La banda inglesa, comanda por un visionario Syd Barrett hacía una música totalmente nueva que remitía a la psicodelia y que era la banda sonora de un viaje de ácido al centro del universoSyd fue el primero en apuntar a una nueva dirección y en abrir un camino musical que muchos otros siguieron. Pink Floyd ha roto muchas barreras a lo largo de su carrera y ha firmado discos inmensos y eternos que son parte de la historia de la música, a varios de ellos les hemos dedicado episodios en este mismo programa, The Piper At The Gates of Dawn, el debut de la banda es quizás el más influyente de todos.The Piper at the Gate of Dawn fue el primer gran paso en la música de Syd Barrett, también el último antes de dejar el grupo y empezar un errático y triste peregrinaje alejado de los focos, después de que su grupo le diese la espalda cansado de su carácter en un momento en el que Pink Floyd apuntaba al estrellato.Esta semana recordamos el comienzo de aquella aventura musical de la mano del periodista Ricardo de Querol y con los reportajes de Lucía Taboada.Escucha los otros programas dedicados a Pink Floyd:The Dark Side of the Moon | The Wall | Animals*Toda la información del programa, discos, recomendaciones y anécdotas de música en nuestro canal de WhatsApp, apúntate y no te pierdas nada*

Los mellizos de Marisa Monte

Cuando Marisa Monte era una niña apuntaba a ser una suerte de María Callas brasileña, pero Marisa creció escuchando muchas cosas, bailaba con el rock y con la samba, se relajaba con la música clásica y lloraba con Billie Holiday, toda esa escuela y una energía desbordante acabaron dando forma a una de las carreras más fascinantes de las últimas décadas. La carrera de Marisa Monte toca muchos palos, estilos y sonidos y son el reflejo de esa cantante intrépida y curiosa que acabó abrazando la música de su propio país cuando llegó a Roma a estudiar clásica y acabó subiéndose a un escenario para cantar a las estrellas de Brasil sin saber entonces que ella misma acabaría siendo una por méritos propios. Tras hacerse un hueco en la música de su país y comerse el mundo con sus amigos de Tribalistas, Marisa hizo un movimiento extraño y maravilloso, un día de 2006 Monte publicó dos discos a la vez, dos discos diferentes que se pueden leer como las dos caras de una misma manera, como sus dos mellizos. Esta semana viajamos a Brasil para recordar esos dos álbumes, Infinito Particular y el Universo Ao Meu Redor, dos trabajos excelsos y brillantes que muestran las caras, las diferentes caras, de Monte. Para esta aventura nos acompaña, como es habitual, Arturo Lezcano y Lucía Taboada.*Toda la información del programa, discos, recomendaciones y anécdotas de música en nuestro canal de WhatsApp, apúntate y no te pierdas nada*

El terremoto calorro de Estopa

Cuando David Muñoz podía, siempre elegía el turno de noche en la fábrica. Prefería el silencio. El trabajo monótono, la rutina que le permitía pensar en letras mientras ensamblaba piezas. Cuando lo necesitaban, David y José pedían el día libre para ir algún bolo. Un día pidieron el día para ir a Madrid. Iban a firmar un contrato. Martínez, el jefe de la fábrica, les dio el día, pero les pidió ver luego la cartilla para que demostraran que habían ingresado dinero. Así, de la manera menos glamurosa y más de calle, nació una de las bandas más importantes de las últimas décadas.La irrupción de Estopa en los últimos meses del siglo fue una de las grandes sorpresas de aquellos años. La banda llevaba un tiempo haciendo ruido con una maqueta que, antes de las redes sociales, se había hecho viral. Un rumor que circulaba de coche en coche en un secreto que se fue de madre.La edición del disco unos meses después marcó el comienzo de un fenómeno que traspasó todas las barreras de edad, clase, género o estilo musical. En una España casi tan fraccionada como la de ahora parecía haber quorum en una cosa, a todo el mundo le gustaba Estopa.Esta semana vamos a recordar el debut de la banda de los hermanos Muñoz y lo hacemos de la mano de Jordi Bianciotto, autor de la más reciente biografía de Estopa, y con los reportajes de Lucía Taboada.

El inesperado recuentro de Robert Plant y Jimmy Page

Esta semana dedicamos el Sofá Sonoro a recordar Walking Into Clacksdale, el primer disco de Plant y Page con temas nuevos tras el final de Led Zeppelin. Para recordar este disco de 1998 nos acompañan Toni Castarnado y Lucía Taboada.Escucha el programa dedicado al disco de Robert Plant a Alison KraussEscucha el programa dedicado a Led Zeppelin, Physical Graffiti

El manifiesto rockero de Leño

El viaje de Leño fue breve, underground y muy salvaje. Por el camino dejaron un manifiesto musical en tres entregas y pusieron los cimientos de lo que debía ser el rock en España.El sonido de la banda madrileña no miraba al rock londinense o al punk de Detroit sino a los sonidos del barrio y a los personajes que lo habitaban porque como decía el grupo: “No nos considerábamos artistas: éramos trabajadores del rock”.En 1982 llegó a las tiendas ¡Corre Corre!, el disco que encumbró al grupo y que marcó también su inesperado final tras la gira más importante de su breve trayectoria.En las letras de Rosendo Mercado hay sabiduría, hay calle y un deje de poesía urbana, una poesía que no encajaría en Instagram, pero que sí retrataba aquel Madrid de comienzos de los ochenta que lejos de la modernidad marcaba un pulso rockero en las calles menos visitadas.Esta semana recorremos la carrera del grupo madrileño de la mano del periodista Fernando Navarro, con los reportajes de Lucía Taboada y con las declaraciones de Carlos Narea, productor del álbum.APÚNTATE AL CANAL DE WHATSAPP DE SOFÁ SONOROEnlace: https://whatsapp.com/channel/0029VaMe1UfH5JM7mh1YQo24

Sobre el podcast

Conocerás a las bandas y los discos a fondo. Profundiza en la historia de la música y de los grandes personajes que han marcado el sonido de los siglos XX y XXI. Alfonso Cardenal se rodea de especialistas que conocen todos los secretos y te enseñan a escuchar de otra forma.