¿Qué lecciones se pueden sacar del 28 de abril? Algunos son costumbristas porque ayer la vida se abrió paso. Bastaba ver las escenas al atardecer, repetidas en algunas de las principales calles, plazas y parques de toda España, que se llenaron de amigos y familias a la espera de una puesta de sol y la luz la artificial que iba volviendo.
Aimar Bretos ensalza la generosidad de la ciudadanía española tras el apagón eléctrico en toda España
Se muere el Papa y el monaguillo asciende. ¿Cuántos habrá por ahí que sueñen con descansar las posaderas en la silla gestatoria? Yo no. Esto me ha pillado demasiado viejo. Me alejé muy pronto de la religión y, aunque empezara hoy mismo a estudiar para sacerdote, no creo que llegara muy lejos en la carrera eclesiástica.
Lo mismo que hay que poner entre comillas que pueda calificarse de feminista. Pero más allá de estas calificaciones, sí que hay que darse cuenta de que es muy relevante el que sea un Papa más tradicional o más conservador o no lo sea, porque lo que vemos es que en un mundo tan polarizado y tan caótico, el papa de Roma sigue siendo una enorme autoridad.
Si al cabo de los años se demuestra que no lo merecías, siempre podría organizarse un cruel y hermoso acto de retirada del premio.
"Le ruego al dios de los invisibles: haceme oculta. Le ruego al dios de las batallas: dame por perdida. Le ruego al dios de los caídos: derribame. Le ruego al dios de los fuertes: basta de darme fuerzas porque me vas a matar"
La fe va por un lado. El papeleo y la gestión de los escándalos, financieros o sexuales, van por otro.
Xavier Vidal-Folch reflexiona sobre primera el acercamiento del Gobierno de Kiev sobre las negociaciones para la paz con Rusia
¿Qué ocurrirá ahora? Es difícil saber qué van a votar ciento y pico señores con cara de quedarse fritos después de las comidas, y entre los cuales habrá bastantes pecadores y quizá algún santo. Pero no me digan que no es apasionante hacer quinielas y apuestas y porras, ni que no somos unos afortunados: nos toca hacer de vaticanistas expertos solo unos meses después de pontificar sobre los caucus de Idaho.
Fernando Grande-Marlaska ha vuelto a crear un incendio absolutamente innecesario. Un fuego que cualquiera podía haber anticipado cómo prendería entre el socio de gobierno y en toda la izquierda del PSOE. Y conste que si se hubiera explicado desde el principio, parece que vamos a perder el dinero de esas balas y vamos a perder el dinero del contrato, el escándalo político probablemente habría sido distinto.