Soledad Gallego-Díaz reflexiona sobre los retos que tienen por delante los miembros de la UE para detener el auge de ideas extremistas
El auto del juez para enviar a prisión al ex secretario de organización del PSOE, punto por punto, por Aimar Bretos
Xavier Vidal-Folch reflexiona sobre la entrada en prisión de Santos Cerdán
Las guerras relámpago han sido una de las fantasías tradicionales de los dictadores. Mussolini acuñó el concepto de guerra celere, y le costó siete meses someter al ejército de lo que él llamaba Abisinia, que combatía con armas de la época de Mahoma. Hitler, por su parte, lo llamó blitzkrieg, y lo que en 1939 empezó como un paseo militar no acabó hasta seis años después, cuando se pegó un tiro en la boca en el búnker de Berlín.
No es únicamente reforzar el código ético, se trata de que realmente esos códigos éticos, que muchas veces son papel mojado, se cumplan. Eso exige que haya un órgano de garantías serio externo que pueda aplicar ese código ético aunque moleste a personas importantes del partido.
No te atropelló el autobús por poco, por poco no te tocó la lotería, no llegaste a tiempo por poco, no es de tu talla por poco, o por poco la ley de amnistía es constitucional. Lo que me lleva a la conclusión de que no hay diferencia entre por poco y por mucho.
Para empezar a reducir nuestra estupidez colectiva, convendría, me parece, que cada uno echara mano de esa chispa de inteligencia que guarda en su interior. En fin, lo de Boyero.
Xavier Vidal-Folch reflexiona sobre la lista de morosos de Hacienda
Es una vieja tradición en nuestro país echarle a la oposición las culpas sobre el estado del país. Ocurrió con Zapatero como ocurrió con Aznar y vuelve a ocurrir ahora. Para la izquierda, Feijóo no colabora, no tiene sentido de Estado, no entiende la complejidad de España. No es ese centrista europeo y moderado con el que alguna vez soñaron. Para cierta derecha, Feijóo, por el contrario, mansea y pastelea, carece de estrategia y falla en la táctica. Y para colmo, no les ganó, allá en el 23, las elecciones.
En una palabra, la política, como expresión de la soberanía popular, es la que ha decidido la amnistía, lo que para nada significa una intromisión ilegítima en la acción de los tribunales. De hecho, como sostiene la sentencia, el Parlamento no reemplaza a los jueces, sino que por motivos extra jurídicos adopta una determinada decisión, ya que las leyes de amnistía ni juzgan, ni ejecutan lo juzgado.