Podium
¿Qué pasa cuando el postulado "encuentra tu mejor versión" se convierte en una carrera obsesiva por optimizar nuestra experiencia humana? En este episodio disecciono esta idea tan común en el desarrollo personal y la cultura de la dieta. La trampa está en creer que siempre hay algo mejor que lo que ocurre ahora, en empeñar el presente por un futuro idealizado. La verdadera "mejor versión" existe cuando actualizamos nuestras creencias limitantes, pero solo podemos hacerlo prestando atención al presente y tratándolo como suficiente.Si este postulado te ha confundido más de lo que te ha dado claridad, vale la pena explorarlo.
En este episodio del podcast de Yo debería ser flaca, aprovecho la oportunidad de una reciente gastroenteritis para conversar sobre una idea que escuché de Thomas Hübl: el cuerpo, como la naturaleza y la vida, se atiende a sí mismo, se cuida y se regenera. Yo cuidé mi malestar estomacal, pero mi cuerpo supo encontrar su balance, su homeostasis, sin mi intervención consciente. No usé mi lógica ni mi intelecto; mi cuerpo excede estas habilidades cognitivas y hace lo suyo sin preguntarme (afortunadamente). Esta potencia de autosanación que tenemos es evidencia suficiente para permitir que nuestro cuerpo nos cuide y, a su vez, nosotros lo cuidemos en un vínculo de confianza e intimidad.
En este episodio de "Yo debería ser flaca" exploro un cambio fundamental: dejar atrás el pensamiento binario en nuestra relación con la comida. Este cambio es posiblemente el más importante para sanar nuestra relación con la alimentación y nuestro cuerpo. La mentalidad de dieta nos atrapa en un pensamiento "todo o nada", donde oscilamos constantemente entre hacer las cosas "perfectamente bien" o caer en el extremo opuesto al menor "desliz". Este patrón cognitivo es una trampa que genera ciclos destructivos. Cuando sentimos que hemos "fallado" en seguir perfectamente un plan alimenticio, tendemos a desbocarnos completamente, tener atracones, juzgarnos duramente y convencernos de que nuestro vínculo con la comida está irreparablemente quebrado.La realidad es que la alimentación existe en una escala de grises, no en blanco y negro. Cuando adoptamos una perspectiva más matizada, podemos ver que: Un solo alimento, comida o día no define nuestra relación general con la alimentaciónLas fluctuaciones en nuestros hábitos son normales y esperables, no señales de fracasoLa consistencia imperfecta a largo plazo tiene mucho más valor que la perfección temporalNuestro valor como personas no está vinculado a lo que comemosAbandonar este binario significa desarrollar una relación más flexible y compasiva con la alimentación. Implica reconocer que los momentos de imperfección son oportunidades de aprendizaje, no catástrofes. También significa liberarnos del agotador monólogo interno que constantemente juzga cada decisión alimenticia como "buena" o "mala".