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Ayer me pasaron el tráiler del documental que le han hecho a Vinicius en Brasil para edulcorar su imagen. Recuerden que el Valencia cerró las puertas de Mestalla a la productora de Netflix que trató de entrar al estadio en febrero de 2024 para captar imágenes de la grada. Visto el tráiler, haciendo un esfuerzo ímprobo, lo confieso, los servicios jurídicos del Valencia van a tener trabajo. Hay que revisar cada fotograma de ese documental porque, solo ya en el tráiler de dos minutos, se vende una imagen de la afición valencianista injusta, falsa, absolutamente falsa. En esto no valen los grises, el silencio, ni cruzarse de brazos. Hay que defender a miles de personas a las que se sigue acusando de racistas sin haber abierto la boca. Nadie tiene derecho de tildar a toda una afición de racista. Ni Netflix, ni Vinicius. Nadie. Manipular y querer que la palabra “tonto” se convierta en un insulto racista no debería salirles gratis.
Jesús María Alemany, presidente honorífico de la Fundación Seminario de Investigación para la Paz, coincidió con Jorge Bergoglio cuando tenían 30 años en unos ejercicios espirituales en Alcalá de Henares, a principios de la década de los 70. Ambos jesuitas no volvieron a verse, pero guardaban buen recuerdo el uno del otro. Tras su muerte, Alemany se muestra muy crítico con aquellos políticos que van a acudir al funeral y que se han mostrado contrarios al mensaje de su Papado.El que fue después Papa, fue destinado como maestro de novicios en Argentina y en 1971 estuvo unos días en Zaragoza para conocer un nuevo modelo de Noviciado que se quería poner en marcha. Lo recordaba Jesús María Alemany en La Rebotica de Radio Zaragoza.