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Luka Doncic se ha ganado todos y cada uno de los elogios que ha recibido, recibe y seguirá recibiendo durante su carrera. Se los merece por ser un jugador absolutamente único, de un talento irrepetible y de un carisma que le pueden elevar a las cotas más altas de la historia de este deporte. Ahora bien, para llegar aquí va a tener que ganar al menos un anillo de la NBA con sus Dallas Mavericks. Ha estado muy, muy cerca: el último curso cayó en Las Finales contra Boston. Su equipo ha dado pasos adelante para construir un candidato firme a su alrededor con Klay, Irving, PJ Washington, Lively... Pero la responsabilidad final recae en sus hombros, al igual que el mérito y la gloria más grande si consiguen el objetivo. Se acaban las excusas y se debe empezar a cuestionar firmemente su liderazgo, su preparación y su profesionalidad. Es por el mejor de los motivos: convertirse en uno de los más grandes. Mucho cuidado con la chulería de Anthony Edwards, que no le juegue malas pasadas. Y qué ganas tenemos de ver el Cavaliers-Celtics.
Al ser Acción de Gracias, recordamos por qué no hay partidos en esta fecha tan señalada para los estadounidenses. Es un día muy familiar y muy de NFL. ¿Por qué no de NBA? Hay una explicación de mucho peso: muchísimo dinero. Entendido esto, debatimos si estos Houston Rockets de Ime Udoka nos convencen lo suficiente como para ser un candidato en el Oeste, o más bien como proyecto de futuro que empieza a encontrar sus mimbres alrededor de Jalen Green, el turco Alperen Sengun y una serie de defensores asombrosamente físicos como Tari Eason y Amen Thompson. Repasamos qué rookies pueden consolidarse como titulares y si los Atlanta Hawks de Trae Young puede ser un equipo a tener en cuenta para rivalizar en la Conferencia Este.
Cuesta mucho entender el pésimo estado de Zion Williamson. Y encima cree que puede exigir más a su franquicia. Vienen malos tiempos para New Orleans Pelicans, y no se lo merecen. Sacramento Kings lucha cada año por conseguir una mejor versión, pero no parece conseguirla con la incorporación de Demar DeRozan y las actuaciones de Fox y Sabonis. Quienes sí empiezan a destacar y competir y creerse que tienen un proyecto imparable entre manos son los Spurs de Victor Wembanyama. La supernova francesa está sumando victorias para San Antonio, que debe desarrollar más mentalidad ganadora y dejar atrás la etapa de tankear.
Los Sixers no levantan cabeza. Tienen el peor récord de la NBA y deben obrar el milagro si quieren acabar la temporada en positivo. La vuelta de Joel Embiid no parece suficiente, y menos si Paul George es baja otra vez. Situación muy diferente en Los Ángeles: Dalton Knecht parece la pieza final para encajar el puzzle de JJ Redick y el MVP de Anthony Davis cada día es más posible.