Oasis y la última gran bofetada del rock

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En 1995 se editaron discos de Radiohead, de Pulp, de Blur, de Massive Attack, de los Chemical Brothers, The PJ Harvey o de Elastica. La música británica se engalanó con su mejores ropas y el fenómeno del britpop llevó a su culmen. Aquel año en las islas británicas la música sonaba en cualquier esquina, en cada ciudad presumían de sus bandas locales y los festivales se peleaban por contratar primero a sus estrellas. Aquel año el foco acabó fijado en Manchester. El 2 de octubre Oasis publicó Whats the Story (Morning Glory).

La edición del segundo disco de la banda de los hermanos Gallagher marcó el punto álgido del aquel movimiento cultural creado por las revistas musicales y multiplicado por la prensa sensacionalista y generalista. Todos compraron la rivalidad entre Blur y Oasis, todos entendieron que lo que estaba pasando a mediados de los años noventa era comparable a aquel Swinging London de los años sesenta e Inglaterra se preparó para una nueva British Invasion que no fue del impacto de la que comandaron Beatles y compañía, pero que transmitió una sensación parecida. Un año después debutaron las Spice Girls en Inglaterra y los Back Street Boys en EEUU y el rock perdió fuerza en las listas de éxito, pero todo lo que sucedió en aquellos maravillosos noventas tuvo un impacto enorme en la música de los años posteriores.

El viaje de los hermanos Gallagher fue tremendamente agitado, pero para este disco todo encajó. El primer álbum de la banda contenía temas que llevaban años cociéndose a fuego lento, pero tras gastar todas las balas en ese debut, el grupo llegó al estudio con la necesidad de demostrar que nada de aquello había sido casualidad. Sin darle muchas vueltas, sin sentir la presión, Oasis firmó un disco redondo grabado casi del tirón. "Creo que todo el proceso duró 12 días de trabajo lo que es acojonante, lo hicimos del tirón y eso que llegamos al estudio con la mitad de las canciones sin terminar. Eso es algo que solo logras cuando eres joven porque no le das vueltas a las cosas", contaba la banda en un documental.

Esta semana comenzamos nueva temporada en Sofá Sonoro y lo hacemos recordando junto a Arancha Moreno la historia de uno de los discos más recordados y exitosos de los años noventa.

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El amor de los músicos a la música

Un programa especial de versiones, discos tributo y homenajes musicales.PLAYLIST | Todas las canciones del programahttps://open.spotify.com/playlist/4mqPiUWhUj7iOIhKkvSP8v?si=6a7e36f2f33540d1

Las clases de historia de Ella Fitzgerald

Entre 1956 y 1964, Ella Fitzgerald editó una serie de ocho discos que rindieron tributo a los hombres y mujeres que habían dado forma a eso que se llamó El Gran Cancionero Americano, canciones de musicales de Broadway y de películas de Hollywood que formaron la banda sonora de la primera mitad del siglo XX. Aquel movimiento redimensionó la carrera de Fitzgerald tras sus años en Decca y fue su gran legado como artista. Esos cancioneros o Songbooks rindieron tributo a Cole Porter, Duke Ellington, Irving Berlin o los hermanos George e Ira Gerswin y asentaron su obra y legado entre los amantes del jazz convirtiendo sus composiciones en algo atemporal y eterno. Esta semana recorremos esos discos de la mano del periodista Manuel Recio y con los reportajes de Lucía Taboada. 

Jarabe de Palo y el verano de La Flaca

Pau Donés ya tenía 30 años cuando su vida cambió para siempre gracias a una canción y a un anuncio de televisión de una marca de tabaco. El debut de la banda había pasado sin hacer mucho ruido por 1996, pero aquel anuncio convirtió a La Flaca en la canción del verano de 1997 y disparó las ventas y la fama del grupo. Jarabe de Palo lo tenía todo para ser una banda de un solo éxito, para vivir su momento de gloria antes de desvanecerse y ser olvidados. Sin embargo, Pau Donés ha acabado compartiendo escenario con Pavarotti, Celia Cruz, Jovanotti o la flor y nata de la música española.El tremendo comienzo del grupo tuvo continuidad cuando en su segundo disco la banda presentó Depende y demostró que su talento para hacer grandes canciones para la radio iba más allá de ese primer éxito. Poco a poco, disco a disco, Donés y sus amigos fueron construyendo una carrera seria y con buenos fundamentos que los consagraron como una de las formaciones más importantes de su generación.La triste muerte del músico nos dejó una importante lección de vida y la excusa para recorrer aquellos primeros años cuando Pau tenía todo el tiempo del mundo y ganas de comérselo en dos bocados. De la mano del periodista David Moreu y Lucía Taboada recordamos aquellos años finales de los noventa.