Genesis y la historia del disco imposible

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 Hay bandas que se meten en la música por la gloria, otras por dinero y fama, algunas, solo algunas, lo hacen por el placer de hacer canciones que se hagan eternas.

Genesis comenzó a finales de los años sesenta y arrancó con fuerza y con ganas de comerse el mundo. Es verdad que al principio querían dinero, pero algo hizo click en el interior de la banda que vio que el camino rápido no les llevaba a donde querían y que había dar una vuelta larga y apostar por las canciones para que la gloria acabase llegando. "Nuestra meta en el 69 era hacer dinero, en el setenta también y lo era desde entonces. Y lo intentamos, pero normalmente nos volvemos ambiciosos. Nos volvemos ambiciosos cuando empezamos a pensar en lo que queremos hacer y a diseñar lo que vamos a hacer y eso precisamente suele acabar con el dinero que tenemos en nuestros bolsillos”.

La ambición de la banda se llevaba su dinero, pero esa ambición fue la también la que dejó joyas como Selling England by the Pound, un disco valiente, arriesgado, lleno de rincones en los que perderse y una apuesta que mostró lo mejor de la banda. El quinto disco de Genesis llegó en 1973 y marcó un cambio de rumbo en la trayectoria de la banda que se consagró como uno de los referentes del rock progresivo. Para recordar esta época, estas canciones y esta historia nos acompañan Fernando Neira y Lucía Taboada.

Más episodios

El amor de los músicos a la música

Un programa especial de versiones, discos tributo y homenajes musicales.PLAYLIST | Todas las canciones del programahttps://open.spotify.com/playlist/4mqPiUWhUj7iOIhKkvSP8v?si=6a7e36f2f33540d1

Las clases de historia de Ella Fitzgerald

Entre 1956 y 1964, Ella Fitzgerald editó una serie de ocho discos que rindieron tributo a los hombres y mujeres que habían dado forma a eso que se llamó El Gran Cancionero Americano, canciones de musicales de Broadway y de películas de Hollywood que formaron la banda sonora de la primera mitad del siglo XX. Aquel movimiento redimensionó la carrera de Fitzgerald tras sus años en Decca y fue su gran legado como artista. Esos cancioneros o Songbooks rindieron tributo a Cole Porter, Duke Ellington, Irving Berlin o los hermanos George e Ira Gerswin y asentaron su obra y legado entre los amantes del jazz convirtiendo sus composiciones en algo atemporal y eterno. Esta semana recorremos esos discos de la mano del periodista Manuel Recio y con los reportajes de Lucía Taboada. 

Jarabe de Palo y el verano de La Flaca

Pau Donés ya tenía 30 años cuando su vida cambió para siempre gracias a una canción y a un anuncio de televisión de una marca de tabaco. El debut de la banda había pasado sin hacer mucho ruido por 1996, pero aquel anuncio convirtió a La Flaca en la canción del verano de 1997 y disparó las ventas y la fama del grupo. Jarabe de Palo lo tenía todo para ser una banda de un solo éxito, para vivir su momento de gloria antes de desvanecerse y ser olvidados. Sin embargo, Pau Donés ha acabado compartiendo escenario con Pavarotti, Celia Cruz, Jovanotti o la flor y nata de la música española.El tremendo comienzo del grupo tuvo continuidad cuando en su segundo disco la banda presentó Depende y demostró que su talento para hacer grandes canciones para la radio iba más allá de ese primer éxito. Poco a poco, disco a disco, Donés y sus amigos fueron construyendo una carrera seria y con buenos fundamentos que los consagraron como una de las formaciones más importantes de su generación.La triste muerte del músico nos dejó una importante lección de vida y la excusa para recorrer aquellos primeros años cuando Pau tenía todo el tiempo del mundo y ganas de comérselo en dos bocados. De la mano del periodista David Moreu y Lucía Taboada recordamos aquellos años finales de los noventa.