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En la música abundan los hermanos. Los hermanos cabrones. Los que se odian, insultan y compiten. Los lazos de sangre que han impulsado el rock. Los Davies, los Gallagher, los Knopfler o los Allman. Luego están ellos, los Young, los exiliados escoceses que crecieron marginados en Australia y que se conjuraron para vivir siempre por y para el rock and roll. George, Malcolm y Angus crearon ACDC y convirtieron esa banda en la más grande del rock y siguieron juntos, hermanados. Hasta que, como los buenos matrimonios, la muerte los fue separando.
ACDC irrumpió en la música con la idea de ir a por todas, de no dejarse nada dentro. En 21 meses grabaron sus cuatro primeros discos y luego llegaron a Europa y más tarde a EEUU para comerse el mundo. Cuando mejor estaban, cuando tras mucho trabajo, las cosas se ponían de cara, murió su cantante. “Al principio no sabíamos qué hacer, no queríamos a nadie que lo imitase, cuando Brian apareció nos voló la cabeza”, contaba Angus en una entrevista de la época.
La muerte de Bon Scott llegó con la banda irrumpiendo en EEUU, país que conquistaron a base de giras y más giras. "En un año hicimos más que los Rolling Stone en toda su carrera", bromeaba el grupo. A pesar del duro golpe, ACDC se levantó rápido. Unos meses después de la muerte de Scott volvían al estudio junto a su nuevo cantante para grabar Back in Black, su tributo al amigo caído.
Con aquel disco los hermanos Young tocaron el cielo, vendieron millones de copias impulsados en parte por el morbo y en parte porque habían firmado una colección de canciones que se ganarían la eternidad y que pasarían a ser recitadas de memoria.
Esta semana dedicamos el Sofá Sonoro a recordar esa historia y esas canciones de la mano de Toni Castarnado y Lucía Taboada.
Esta semana David Moreu nos trae al Sofá Sonoro 'King and Queen', el álbum que junto a las dos estrellas de Stax poco antes de la muerte de Otis Redding.Escucha el programa dedicado a la actuación de Otis Redding en MontereyEscucha el programa dedicado a los duetos de Tammi Terrell y Marvin Gaye
Un programa especial de versiones, discos tributo y homenajes musicales.PLAYLIST | Todas las canciones del programahttps://open.spotify.com/playlist/4mqPiUWhUj7iOIhKkvSP8v?si=6a7e36f2f33540d1
Entre 1956 y 1964, Ella Fitzgerald editó una serie de ocho discos que rindieron tributo a los hombres y mujeres que habían dado forma a eso que se llamó El Gran Cancionero Americano, canciones de musicales de Broadway y de películas de Hollywood que formaron la banda sonora de la primera mitad del siglo XX. Aquel movimiento redimensionó la carrera de Fitzgerald tras sus años en Decca y fue su gran legado como artista. Esos cancioneros o Songbooks rindieron tributo a Cole Porter, Duke Ellington, Irving Berlin o los hermanos George e Ira Gerswin y asentaron su obra y legado entre los amantes del jazz convirtiendo sus composiciones en algo atemporal y eterno. Esta semana recorremos esos discos de la mano del periodista Manuel Recio y con los reportajes de Lucía Taboada.