El manifiesto rockero de Leño

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El viaje de Leño fue breve, underground y muy salvaje. Por el camino dejaron un manifiesto musical en tres entregas y pusieron los cimientos de lo que debía ser el rock en España.

El sonido de la banda madrileña no miraba al rock londinense o al punk de Detroit sino a los sonidos del barrio y a los personajes que lo habitaban porque como decía el grupo: “No nos considerábamos artistas: éramos trabajadores del rock”.

En 1982 llegó a las tiendas ¡Corre Corre!, el disco que encumbró al grupo y que marcó también su inesperado final tras la gira más importante de su breve trayectoria.

En las letras de Rosendo Mercado hay sabiduría, hay calle y un deje de poesía urbana, una poesía que no encajaría en Instagram, pero que sí retrataba aquel Madrid de comienzos de los ochenta que lejos de la modernidad marcaba un pulso rockero en las calles menos visitadas.

Esta semana recorremos la carrera del grupo madrileño de la mano del periodista Fernando Navarro, con los reportajes de Lucía Taboada y con las declaraciones de Carlos Narea, productor del álbum.

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El amor de los músicos a la música

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Las clases de historia de Ella Fitzgerald

Entre 1956 y 1964, Ella Fitzgerald editó una serie de ocho discos que rindieron tributo a los hombres y mujeres que habían dado forma a eso que se llamó El Gran Cancionero Americano, canciones de musicales de Broadway y de películas de Hollywood que formaron la banda sonora de la primera mitad del siglo XX. Aquel movimiento redimensionó la carrera de Fitzgerald tras sus años en Decca y fue su gran legado como artista. Esos cancioneros o Songbooks rindieron tributo a Cole Porter, Duke Ellington, Irving Berlin o los hermanos George e Ira Gerswin y asentaron su obra y legado entre los amantes del jazz convirtiendo sus composiciones en algo atemporal y eterno. Esta semana recorremos esos discos de la mano del periodista Manuel Recio y con los reportajes de Lucía Taboada. 

Jarabe de Palo y el verano de La Flaca

Pau Donés ya tenía 30 años cuando su vida cambió para siempre gracias a una canción y a un anuncio de televisión de una marca de tabaco. El debut de la banda había pasado sin hacer mucho ruido por 1996, pero aquel anuncio convirtió a La Flaca en la canción del verano de 1997 y disparó las ventas y la fama del grupo. Jarabe de Palo lo tenía todo para ser una banda de un solo éxito, para vivir su momento de gloria antes de desvanecerse y ser olvidados. Sin embargo, Pau Donés ha acabado compartiendo escenario con Pavarotti, Celia Cruz, Jovanotti o la flor y nata de la música española.El tremendo comienzo del grupo tuvo continuidad cuando en su segundo disco la banda presentó Depende y demostró que su talento para hacer grandes canciones para la radio iba más allá de ese primer éxito. Poco a poco, disco a disco, Donés y sus amigos fueron construyendo una carrera seria y con buenos fundamentos que los consagraron como una de las formaciones más importantes de su generación.La triste muerte del músico nos dejó una importante lección de vida y la excusa para recorrer aquellos primeros años cuando Pau tenía todo el tiempo del mundo y ganas de comérselo en dos bocados. De la mano del periodista David Moreu y Lucía Taboada recordamos aquellos años finales de los noventa.