El ejército de Gata Cattana

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Hay voces que tienen algo especial, mentes preclaras, cabezas repletas de información y corazones dispuestos a librar mil guerras.  De vez en cuando, muy de vez en cuando, irrumpe en el arte alguien así, alguien que lo sacude de arriba a abajo. 

Gata Cattana era una de esas artistas, pero su muerte a los 26 años poco antes de editar su disco de debut nos robó un talento enorme en el hip hop nacional. 


Las canciones de Ana Isabel García Llorente había que escucharlas con atención. Con un libro de historia en una mano y un diccionario en la otra. Por sus versos desfilaban personajes históricos para batirse el cobre en combates contra las injusticias. Las letras de Gata Cattana emanaban feminismo, lucha de clases y un profundo sentido de la justicia social. 

Su ascenso fue vertiginoso. Ana dejó un pueblo cordobés para estudiar sociología en Granada y ese paso cambió su vida. Allí comenzó en la música y en los concursos de poesía y cuando llegó a Madrid iba a comerse el mundo. No le dio tiempo a tanto, pero le sobró para crear un ejército de seguidores y seguidoras que ha ido creciendo con el tiempo.  

Esta semana cerramos el año recordando Banzai de la mano de Mario Tornero, director del podcast Fruta Extraña, y con los reportajes de Lucía Taboada.  

Más episodios

Mark Lanegan y el disco de los desastres

Durante tres años oscuros Mark Lanegan estuvo obsesionado con terminar un disco que debía captar su mundo, sus obsesiones, pasiones y miedos. Un trabajo que se convirtió en una pesadilla, pero que con el tiempo ha terminado siendo una obra especial.En 1994 llego a las tiendas Whisky for the Holy Ghost, un disco creado al borde del abismo por un músico preso de las adicciones, que odiaba su banda y que cansado de todo volcó sus frustraciones en unas canciones que nunca daba por terminadas.PROGRAMAS RELACIONADOSLos episodios dedicados a discos de los años 90https://open.spotify.com/playlist/3mUzkLIGpAVXpW9pQUVGzu?si=f472c7fdcc274a37

El jaque mate de Fiona Apple

Fiona Apple es de esas raras excepciones en la música de artista que triunfa desde el primer golpe. Tidal, el debut de la estadounidense, le valió un Grammy, un lugar en el centro de la escena musical de mediados de los noventa y también una buena dosis de polémica cuando la industria descubrió que Fiona no era una voz bonita en una cara bonita dispuesta a jugar con las reglas que le marcasen. En unos premios, Apple aseguró que la industria de la música no debía de ser el referente de las niñas. Esos comentarios la pusieron en el centro de la diana y en poco tiempo ya tenía una de esas etiquetas que se ponen a las mujeres que no siguen las reglas. “Especial”, “Complicada”. Incluso “Loca”. Eso quito a Apple las ganas de volver a hacer un disco, pero eso no duró mucho. Unos años después, la neoyorquina regresó con When The Pawn, una obra inmensa, compleja, elegante y llena de detalles. Un trabajo que posicionó a su autora en una categoría propia, lejos de los planes que la propia industria había trazado por ella. Aficionada al ajedrez, Apple respondió a las críticas con el título de su disco. Un poema sobre el valor del peón que se da cuenta que puede ganar y que tuvo durante años el absurdo honor de tener el título más largo del mundo con 444 caracteres. "Cuando el peón llega a los conflictos, piensa como un rey", escribe Apple.PLAYLISTA | Las grandes voces femeninas de los años 90

Recordando Tom Jobim, el arquitecto de la bossa nova

El 8 de diciembre de 1994 murió en Nueva York uno de los artistas más importantes de siglo XX, un músico que dio forma a un género, que lo mimó y que lo enseñó al mundo creando un legado inmortal y eterno para alegría de todos. Ese día, murió Tom Jobim. Antonio Carlos Jobim llevó la música brasileña a EEUU y de allí a medio mundo, en una entrevista en los años 80, Jobim explicó que era esa cosa que tenía su música que fascinaba tanto a la gente. “Mi música viene del entorno que tenemos. La lluvia, el sol, los árboles, los pájaros... los peces”. La música de Jobim, arquitecto de la bossa nova, transformó la escena brasileña dejando el lamento y la tristeza a un lado para renovar la música desde la alegría, el amor y la esperanza. La muerte de Tom Jobim fue una noticia dura que marcó el final de una época. En 1980 nos había dejado el enorme Vinicius de Moraes, en 1982 murió Elis Regina y en 1991 falleció Stan Getz, músicos con los que Jobim había dado forma a su legado.  Esta semana queremos recordar su obra, su figura y su importancia tanto en Brasil como en el mundo y para ello nos acompaña nuestro especialista carioca, Arturo Lezcano.